Diferentes trabajos señalan que, según la superficie de Chile y el nivel de desarrollo que ha alcanzado, la concentración de la actividad y población en la Región Metropolitana resulta excesiva. Además, durante las dos últimas décadas, la desigualdad espacial ha aumentado en el país, situación que podría afectar negativamente su crecimiento y que ha sido sistemáticamente ignorada en el diseño de las políticas públicas. Este trabajo muestra que diversos mecanismos de mercado, como la movilidad de los trabajadores y los flujos de comercio entre regiones, y muchas de las políticas públicas, tienden a favorecer las fuerzas concentradoras que han configurado la geografía económica de Chile durante las últimas décadas. Tales resultados hacen presente la necesidad de incorporar la «cuestión regional» de manera explícita y activa en la estrategia de desarrollo nacional, no solo como un problema de equidad, sino también como parte de las políticas para mejorar la eficiencia de la economía chilena.