Se observa una leve mejoría en el impacto del COVID-19 en el mercado laboral regional.
El boletín publicado este mes (Septiembre), corresponde a los datos del trimestre móvil Junio-Julio-Agosto (JJA-2020), los cuales fueron publicados por el INE el 30 de septiembre de 20201.
CIFRAS CLAVE | JJA-2019 | MJJ-2020 | JJA-2020 |
OCUPADOS | 3,883,090 | 3,109,009 | 3,169,284 |
DESOCUPADOS | 348,664 | 486,077 | 496,955 |
INACTIVOS | 2,201,948 | 3,010,030 | 2,951,047 |
TASA DE DESOCUPACIÓN | 8.2% | 13.5% | 13.6% |
TASA DE OCUPACIÓN | 60.4% | 47.1% | 47.9% |
TASA DE DESOCUPACION COMBINADA (SU3) | 11.8% | 28.7% | 27.5% |
TASA DE PARTICIPACIÓN | 65.8% | 54.4% | 55.4% |
Los principales resultados del trimestre son:
El mayor flujo ha sido de empleo a inactividad, es decir personas que salen del mercado laboral, pues dejan de buscar empleo activamente. De hecho, hubo un aumento en 749 mil personas inactivas respecto del mismo trimestre del año 2019. Es por esta razón que el análisis de la situación del mercado laboral actual no debe restringir su foco a la evolución de la tasa de desempleo, sino que mirar con especial atención la evolución del empleo y el grupo de inactivos.
Existen 60.275 más ocupados respecto al trimestre inmediatamente anterior, aquello da cuenta de una leve mejoría. A su vez, los inactivos caen en un número prácticamente equivalente al aumento del empleo, a saber, hay 58.983 menos inactivos respecto al trimestre anterior. La variación en número de desempleados es menor, lo que confirma que el grueso de los ajustes durante esta crisis ha sido el paso de empleo a inactividad y viceversa.
Esta leve mejoría se ve reflejada en la evolución de la tasa combinada de desocupación, la que por primera vez cae (1.2 puntos porcentuales). La tasa de desocupación convencional, en cambio, se mantiene estable. Esta diferencia refuerza la idea de que en una crisis como la actual, donde la inactividad tiene tanta variación, lo correcto es mirar la variación del empleo o bien de la tasa combinada de desocupación, la que considera a las y los inactivos que trabajarían en caso de poder hacerlo.
A pesar de lo anterior, no se observa una clara mejoría en la perspectiva futura de las y los inactivos, toda vez que sus razones para mantenerse en la inactividad siguen poniendo énfasis en las opacas expectativas respecto al futuro, al señalar que no buscan trabajó pues “no encontrarán” o pues no habrá “repunte en el mercado”.
Como en boletines anteriores, se observa que los grupos más vulnerables, es decir, los de bajo nivel de educación e informalidad laboral, han sido los más afectados por el shock sobre el mercado laboral producto de la crisis sanitaria, en el sentido que su disminución en el número de ocupadas es proporcionalmente más alta.
La gran destrucción de empleos, que se suma a las relaciones laborales suspendidas en el marco de la ley de protección del empleo, tendrá consecuencias de mediano y largo plazo, más allá de la extensión de la crisis sanitaria. La recuperación del mercado laboral será más lenta de lo que hubiera sido si las políticas públicas implementadas hubieran logrado proteger los empleos.
En este boletín se incluye un análisis más detallado respecto a la dimensión de género. Al respecto, lo primero que resalta es que la crisis ha golpeado fuertemente a ambos géneros. En términos porcentuales la caída en empleo ha sido levemente mayor en el caso de las mujeres. Este hecho contrasta con lo que se observa en Chile y en otros países en que el empleo femenino suele tener caídas menos abruptas en las crisis económicas, incluso a veces teniendo alzas que compensan la caída de los ingresos en los hogares. Esto hace que la presente sea una crisis distinta a las anteriores y potencialmente tenga efectos más profundos para algunos hogares.
En el trimestre Junio-Julio-Agosto (JJA) 2020, los ocupados disminuyeron en 713.806 en comparación con el mismo trimestre del 2019, una reducción que equivale a un 18%. Esto implica una fuerte disminución de la actividad del mercado laboral sugiriendo una caída significativa también en la producción y el crecimiento.
El grupo de inactivos aumentó en 749.099 con respecto al trimestre JJA de 2019. Así, una particularidad de estos meses de crisis es que una gran proporción de quienes pierden un trabajo, no salen a buscar uno nuevo.
El siguiente gráfico muestra la comparación de las tasas de Desocupación y Desocupación Combinada (SU3). Esta tasa, a diferencia de la tasa de desempleo tradicional, considera también a las personas que aun cuando no han buscado trabajo, y por lo tanto no son parte del cálculo tradicional de la tasa de desempleo, sí declaran que estarían disponible a trabajar.
Como se observa en el gráfico, antes de octubre 2019 (condiciones pre-estallido social y pandemia), estas dos tasas de desempleo se movían de forma paralela. Sin embargo, en los últimos meses, la tasa de Desocupación SU3 comienza a crecer a mayor velocidad que la tasa de desempleo, lo que sugiere un quiebre estructural en el mercado laboral, y apoya la hipótesis de que estamos entrando en una crisis no es temporal, sino que de un carácter más permanente.
Sin embargo, este boletín muestra una reducción pequeña en la tasa SU3, y una mantención en la tasa de desocupación tradicional. Esto significa que potenciales trabajadores están empezando a buscar trabajo, lo que puede significar el inicio de una futura recuperación. Así, se puede dar la paradoja que mientras el mercado laboral se estabiliza, e incluso mejora, la tasa de desempleo no mejora o incluso empeora. Aquello se explica simplemente porque la tasa de desempleo no es un buen indicador en crisis que tienen un fuerte impacto sobre la inactividad.
Cabe hacer notar que, durante este trimestre, la ley de protección del empleo se encuentra en pleno uso, por lo que aún no observamos la caída en el empleo adicional, asociada a la disminución del apoyo que entrega esta política pública. Por lo tanto, es importante considerar el potencial efecto que puede tener el término de esta política pública.
Se ve cierta estabilidad en las razones que esgrimen las personas inactivas para no buscar trabajo. Aquello es una señal de que la leve mejoría que se observa en el mercado laboral todavía no impacta de forma importante en las expectativas de los individuos.
Sin embargo, se observa una disminución en la razón “no encontrará”, lo que es consistente con la leve mejoría observada en los datos.
| OCUPADOS | DESOCUPADOS | INACTIVOS | ||||||
TRAMO EDAD | JJA-2019 | JJA-2020 | VARIACIÓN | JJA-2019 | JJA-2020 | VARIACIÓN | JJA-2019 | JJA-2020 | VARIACIÓN |
15 - 29 AÑOS | 797,362 | 588,498 | -26.2% | 158,836 | 178,767 | 12.5% | 922,329 | 1,115,192 | 20.9% |
30 - 44 AÑOS | 1,486,134 | 1,307,497 | -12% | 116,878 | 200,022 | 71.1% | 265,873 | 462,915 | 74.1% |
45 - 59 AÑOS | 1,113,420 | 923,338 | -17.1% | 53,298 | 93,574 | 75.6% | 247,214 | 442,294 | 78.9% |
60 O MÁS AÑOS | 486,174 | 349,951 | -28% | 19,652 | 24,592 | 25.1% | 766,532 | 930,645 | 21.4% |
Al comparar con igual trimestre del año anterior, se puede observar que el tramo de edad que tuvo una mayor variación negativa de ocupados es de 60 años o más, similarmente a lo observado en los boletines pasados, siendo 136.223 personas que perdieron su empleo. Pero el tramo de edad que disminuyó más en la cantidad de personas de un año a otro es el de 15 a 29 años con 208.864 personas menos.
Se puede apreciar un aumento en los desocupados e inactivos en todas las edades, con especial relevancia relativa en las personas entre los 30 y los 59 años.
Al comparar la evolución de inactivos con la información del trimestre inmediatamente anterior se observa que hay una reducción de inactivos en todos los grupos etarios.
Dada su alta mortalidad al contraer el COVID-19, el grupo etario sobre los 64 años deberá ser mucho más cauto al salir a buscar trabajo para no contagiarse y, por lo tanto, su generación de ingresos será más difícil. Por ello, se debe pensar en una política especialmente orientada a este segmento de modo de reducir los riesgos de contagio y los efectos económicos en sus tasas de empleo. Ello pondrá más presión al sistema de pensiones chileno, él que no ha sido capaz de entregar pensiones de un monto suficiente.
Los sectores que en general representan una mayor proporción del empleo este trimestre (JJA-2020 en barras) son Comercio, Servicios Personales y Sociales y Industrias Manufactureras y Transporte. Luego hay tres sectores con una relevancia muy similar: Actividades profesionales y administrativas, Educación y Transporte Información y Comunicaciones.
| OCUPADOS | DESOCUPADOS | INACTIVOS | ||||||
NIVEL EDUCACIONAL | JJA-2019 | JJA-2020 | VARIACIÓN | JJA-2019 | JJA-2020 | VARIACIÓN | JJA-2019 | JJA-2020 | VARIACIÓN |
Primaria o menos | 429,566 | 272,681 | -36.5% | 28,079 | 36,748 | 30.9% | 539,924 | 616,953 | 14.3% |
Secundaria | 1,578,345 | 1,194,081 | -24.3% | 143,207 | 215,019 | 50.1% | 993,518 | 1,341,941 | 35.1% |
Técnica | 618,741 | 539,623 | -12.8% | 62,060 | 89,121 | 43.6% | 203,031 | 309,310 | 52.3% |
Universitaria o más | 1,236,989 | 1,123,337 | -9.2% | 114,439 | 151,972 | 32.8% | 458,429 | 623,063 | 35.9% |
Cómo es común durante disminución de la actividad económica, los trabajadores de menor capital humano son los que proporcionalmente sufren más la caída en la ocupación. En específico, 76% (541mil) de los 713 mil trabajadores que perdieron su trabajo con respecto al JJA-2019 son trabajadores con educación Primaria o Secundaria.
Cabe destacar que los fuertes cambios porcentuales en la desocupación, en comparación a los cambios porcentuales en la ocupación, se deben a que el número de desocupados tiene una base mucho menor. Sin embargo, se destaca el aumento significativo en el desempleo de los trabajadores con educación secundaria (50,1%) y educación técnica (43,6%).
Tal como sucedía en trimestres anteriores, se puede observar que la destrucción de trabajo es mucho menor en el nivel educacional técnico y universitario, esto se puede deber a que estos grupos tienen un tipo de trabajo con mayores posibilidades de ser realizado a distancia.
Con respecto al número de ocupados que perdieron su puesto de trabajo, en relación a lo observado el año anterior, se aprecia que el grupo más afectado son los trabajadores con educación primaria o menos.
Es importante dar una mirada especial a la informalidad laboral, dado que es el sector de la economía más desprotegido a los efectos económicos del COVID-19.
La estructura sectorial de los trabajadores muestra que la informalidad se concentra en el sector servicios, mientras que los sectores de la Minería, Electricidad, Gas y Agua y Act. Financieras es donde se concentran los trabajos formales.
Tal como se observaba en el boletín anterior, se aprecia aumentos relativos de trabajadores informales en manufacturas, construcción, y Act. profesionales y administrativas.
Se observa una dinámica similar en la pérdida de empleos femenina y masculina durante esta crisis. Sin embargo, si se compara con igual trimestre del año 2019, la caída en empleo ha sido mayor en términos porcentuales en el caso de las mujeres: en hombres la reducción ha sido en un 15,9% y en mujeres la reducción ha sido en un 21.5%.
Este hecho da cuenta de una particularidad de esta crisis, toda vez que en general (a nivel nacional y para otros países) el empleo femenino suele tener una reducción menos pronunciada en las crisis, o incluso, puede aumentar. Lo que atenúa el efecto sobre el ingreso de los hogares y, por ende, sobre su consumo. Esta importante diferencia respecto a crisis pasadas probablemente se explique porque ésta es también una crisis de las labores de cuidado y aquel trabajo no remunerado recae con especial fuerza sobre las mujeres. Esto se puede observar al comparar la variación del número de ocupados que sucedió durante la crisis subprime, con la actual crisis.
Una forma alternativa de proveer evidencia de lo anterior es observar el comportamiento, por género, de la variación de ocupados de acuerdo con su estado conyugal (con o sin pareja) y si son o no jefes de hogares. Por ejemplo, es común observar que para los jefes de hogar con pareja, cuando la variación de ocupados aumenta para los hombres, disminuye para las mujeres. Este tipo de correlaciones no son tan marcadas para los que no tienen pareja. Esto indica que, para los hogares con más de un adulto en edad de trabajar, es posible que la relación con el mercado laboral es una decisión dentro del hogar y no necesariamente individual.
El sesgo de género de la crisis también se observa en la tasa SU3 para cada género, toda vez que as mujeres tienen un desempleo sustantivamente mayor (29,4% versus 25,9%), cuando se considera como desempleado a quienes aun no buscando trabajo están disponibles para hacerlo.
Elaboración: Esteban López, Director Ejecutivo CEPR - UAI
Edición:
- Juan Eberhard, Director CEPR - UAI
- Nicolás Grau, Profesor FEN, Universidad de Chile
Apoyo en Programación: Martín Sielfeld, Ayudante CEPR - UAI
El Boletín Laboral CEPR es un producto UAI con el apoyo del centro COES (ANID/FONDAP/15130009). Las opiniones expresadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente la opinión de UAI o COES