Chile es un país altamente centralizado y lo ha sido por muchas décadas. Si bien la concentración de oportunidades y de riqueza en el espacio puede ser inicialmente beneficiosa en la senda de crecimiento de un país (beneficios de las economías de aglomeración), mantener estos altos niveles de concentración ha generado serios problemas urbanos tales como la exclusión y la segregación. El centro del país, donde se emplaza la capital, Santiago de Chile, existe un un alto nivel de amenidades y servicios que atraen a empresas y personas. Las regiones periféricas, por el otro lado, tienen alta demanda por empleo (por la especialización productiva) y bajo nivel de amenidades, lo que resulta en altos salarios relativos. En estas regiones periféricas, los salarios altos actúan como una fuerza de atracción, mientras que la falta de amenidades actúa en dirección opuesta. Los desplazamientos de larga distancia actúan como una fuerza disruptiva en el mercado de la vivienda chileno, ya que los trabajadores que deberían haber migrado a vivir a regiones periféricas, se quedan en las ciudades dormitorio con altas amenidades y aumentan la demanda por vivienda.
El objetivo principal de este Proyecto es estudiar cómo los problemas urbanos actuales (ej: segregación residencial, exclusión y congestión) se relacionan con la interacción entre la vivienda regional y los mercados laborales en el contexto de los desplazamientos de larga distancia y la especialización productiva en el espacio. Para lograr este objetivo, se proponen varias preguntas de investigación específicas: 1) ¿Es la demanda por vivienda heterogénea en el espacio dentro de las ciudades? 2) ¿En qué medida la heterogeneidad espacial en la demanda por vivienda es producto de los mercados laborales locales y externos? 3) ¿Cuál es el patrón de jerarquía urbana y en qué medida este patrón puede explicarse por la distribución de servicios, la especialización industrial regional y los mercados laborales?
Responder a estas preguntas es importante por varias razones. En primer lugar, mantener los niveles actuales de concentración espacial de la población que vive en ciudades de altas amenidades y trabajan en ciudades de bajas amenidades podría ser perjudicial para el crecimiento económico en sí mismo (Aroca & Atienza, 2011; Frick & Rodríguez Pose, 2018). En segundo lugar, el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU, por sus iniciales en inglés) fue creado en 2014 para brindar orientación en la mitigación de los problemas que afectan a las ciudades chilenas (desigualdad en el acceso a bienes públicos, segregación y exclusión, centralismo baja participación urbana). Este estudio puede ser útil para ampliar la concepción de la CNDU (en gran parte dominada por urbanistas y arquitectos) de los problemas urbanos para incluir la dinámica económica regional, que es una condición necesaria para resolver eficazmente los problemas urbanos que enfrenta Chile hoy. Chile está entrando en una nueva era de empoderamiento para grupos sociales subrepresentados, y uno de esos grupos son los ciudadanos que viven fuera de Santiago, que son el 60% de Chile.