Se observa que continúa la mejoría en el impacto del COVID-19 en el mercado laboral regional observada en los últimos trimestres. Sin embargo, esta mejoría sufre una desaceleración.
El boletín publicado este mes corresponde a los datos del trimestre móvil octubre-noviembre-diciembre (OND-2020), los que fueron publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el 29 de enero de 20211.
CIFRAS CLAVE | OND-2019 | SON-2020 | OND-2020 |
OCUPADOS | 3,969,080 | 3,583,866 | 3,620,022 |
DESOCUPADOS | 323,264 | 478,205 | 467,844 |
INACTIVOS | 2,203,732 | 2,581,342 | 2,564,242 |
TASA DE DESOCUPACIÓN | 7.5% | 11.8% | 11.4% |
TASA DE OCUPACIÓN | 61.1% | 53.9% | 54.4% |
TASA DE DESOCUPACION COMBINADA (SU3) | 11.4% | 20.3% | 19.3% |
TASA DE PARTICIPACIÓN | 66.1% | 61.1% | 61.5% |
Los principales resultados del trimestre son:
Existe una reducción en 349 mil personas empleadas y un incremento de 144 mil personas desocupadas entre el trimestre actual y el mismo del año 2019. Esto implica un 9% menos de empleos, al comparar el trimestre actual con el mismo del año 2019. La caída en la cifra de empleos es menor a la presentada en el boletín anterior (que era de un 10%), lo que refuerza la idea de que la profunda caída en el número de empleos se está revirtiendo. Sin embargo, preocupa que los nuevos datos que incluyen al mes de diciembre muestran una disminución en la tasa de recuperación.
El mayor flujo ha sido de empleo a inactividad, es decir personas que salen del mercado laboral, pues dejan de buscar empleo activamente. De hecho, hubo un aumento en 360 mil personas inactivas respecto del mismo trimestre del año 2019. Es por esta razón que el análisis de la situación del mercado laboral actual no debe restringir su foco a la evolución de la tasa de desempleo, sino que mirar con especial atención la evolución del empleo y el grupo de inactivos.
Existen 36 mil más ocupados respecto al trimestre inmediatamente anterior, lo que contrasta con el aumento de 145 mil más ocupados del boletín pasado (SON-2020). A su vez, los inactivos caen en 17 mil personas respecto al trimestre pasado. La variación en número de desempleados es menor, lo que confirma que el grueso de los ajustes durante esta crisis ha sido el paso de empleo a inactividad y viceversa.
Esta mejoría se ve reflejada en la evolución de la tasa combinada de desocupación (SU3), la que al igual que en el trimestre anterior, vuelve a caer, esta vez un punto porcentual, lo que contrasta con la caída de 2,7 puntos porcentuales presentada en el boletín pasado. La tasa de desocupación convencional tiene una caída, pero menos pronunciada. Esta diferencia refuerza la idea de que en una crisis como la actual, donde la inactividad tiene tanta variación, lo correcto es mirar la variación del empleo o bien de la tasa combinada de desocupación, la que considera a las y los inactivos que trabajarían en caso de poder hacerlo.
Como en boletines anteriores, se observa que los grupos más vulnerables, es decir, los de bajo nivel de educación e informalidad laboral, han sido los más afectados por el shock sobre el mercado laboral producto de la crisis sanitaria, en el sentido que su disminución en el número de ocupados es proporcionalmente más alta.
La gran destrucción de empleos, que se suma a las relaciones laborales suspendidas en el marco de la ley de protección del empleo, tendrá consecuencias de mediano y largo plazo, más allá de la extensión de la crisis sanitaria. Será importante observar las trayectorias que sigue la recuperación del mercado laboral para los distintos grupos que lo componen, para así pensar en el diseño de políticas públicas enfocadas en grupos específicos.
En nuestro tema del mes, estudiamos como tanto el efecto de la pandemia, como su recuperación ha sido muy variada a lo largo del país. Al mismo tiempo, analizamos si la recuperación en cada región se debe más a la recuperación de empleos formales e informales.
Mostramos que hay regiones que ya han recuperado una parte importante de la caída inicial (Tarapacá, por ejemplo), pero hay otras donde la recuperación ha sido muy baja (Los Lagos, por ejemplo). Al mismo tiempo, se observan también diferencias sustanciales entre regiones en lo que respecta a si la recuperación ha sido principalmente de trabajos formales (Maule, por ejemplo) o trabajos informales (Coquimbo, por ejemplo)
Entender esta heterogeneidad puede ser crucial para el buen diseño de políticas públicas para afrontar lo que queda de crisis, ya que tales políticas deberían tener como foco la recuperación de los sectores económicos asociados a las ocupaciones rezagadas.
El mayor flujo ha sido de empleo a inactividad, es decir personas que salen del mercado laboral, pues dejan de buscar empleo activamente. De hecho, hubo un aumento en 360 mil personas inactivas respecto del mismo trimestre del año 2019. Es por esta razón que el análisis de la situación del mercado laboral actual no debe restringir su foco a la evolución de la tasa de desempleo, sino que mirar con especial atención la evolución del empleo y el grupo de inactivos.
Existen 36.156 más ocupados respecto al trimestre inmediatamente anterior, continuando la mejoría observada en el boletín anterior, pero a una tasa sustancialmente menor (el trimestre anterior sumó 145.462 ocupados). A su vez, los inactivos caen en 17.100 personas respecto al trimestre anterior. La variación en número de desempleados es menor, lo que confirma que el grueso de los ajustes durante esta crisis ha sido el paso de empleo a inactividad y viceversa.
El gráfico también muestra como ha sido la evolución del empleo para otras regiones: Arica y Parinacota (AP), Valparaíso (VP), Bío-Bío (BB), Antofagasta (AF), y Magallanes (MG).
Es fácil ver que la Región Metropolitana es una de las regiones que mejor recuperación ha mostrado. También se destaca que la caída en la tasa de recuperación se observa en casi todas las regiones presentadas (no se observa una desaceleración importante de la recuperación en Valparaíso).
El gráfico muestra la comparación de las tasas de desocupación y desocupación combinada (SU3). Esta última, a diferencia de la tasa de desempleo tradicional, considera también a las personas que, aun cuando no han buscado trabajo, y por lo tanto no son parte del cálculo tradicional de la tasa de desempleo (pues se clasifican como inactivos), sí declaran que estarían disponibles para trabajar.
En boletines anteriores hemos mostrado que antes de octubre de 2019 (es decir, en condiciones preestallido social y pandemia), estas dos tasas se movían de forma paralela. Sin embargo, desde el estallido social y en mayor medida desde la crisis COVID-19, la tasa de desocupación combinada comienza a crecer a mayor velocidad que la tasa de desempleo. De igual modo, en estos últimos meses de recuperación, es SU3 la que ha mostrado una dinámica de mayor recuperación.
Este boletín muestra una reducción en la tasa SU3 de un punto porcentual respecto al trimestre móvil anterior, además de una menor disminución en la tasa de desocupación tradicional (0,4 puntos porcentuales). Esto significa que potenciales trabajadores están empezando a buscar trabajo, lo que son signos de una recuperación. Así, se puede dar la paradoja que mientras el mercado laboral se estabiliza, e incluso mejora, la tasa de desempleo no mejora de forma sustantiva. Aquello se explica simplemente porque la tasa de desempleo convencional no es un buen indicador durante crisis que tienen un fuerte impacto sobre la inactividad.
| OCUPADOS | DESOCUPADOS | INACTIVOS | ||||||
TRAMO EDAD | OND-2019 | OND-2020 | VARIACIÓN | OND-2019 | OND-2020 | VARIACIÓN | OND-2019 | OND-2020 | VARIACIÓN |
15 - 29 AÑOS | 836,238 | 725,765 | -13.2% | 140,378 | 157,838 | 12.4% | 904,982 | 990,165 | 9.4% |
30 - 44 AÑOS | 1,530,883 | 1,490,582 | -2.6% | 109,354 | 178,597 | 63.3% | 261,791 | 321,396 | 22.8% |
45 - 59 AÑOS | 1,092,723 | 1,019,846 | -6.7% | 61,349 | 100,375 | 63.6% | 269,927 | 352,356 | 30.5% |
60 O MÁS AÑOS | 509,235 | 383,829 | -24.6% | 12,183 | 31,034 | 154.7% | 767,032 | 900,326 | 17.4% |
Al comparar el periodo en estudio con igual trimestre del año anterior, se puede observar que los tramos de edad que tuvieron una mayor variación negativa de ocupados son de 15 a 29 años y 60 años o más, similarmente a lo observado en los boletines pasados. A su vez, el tramo de edad que disminuyó más en la cantidad de personas de un año a otro es el de 15 a 29 años.
Se puede apreciar un aumento en los desocupados e inactivos en todas las edades.
Al comparar la evolución de inactivos con la información del trimestre inmediatamente anterior, se observa que hay una reducción de inactivos entre los menores de 55 años, pero esta disminución revertirse para las personas mayores de dicha edad. Como ya se ha mencionado, se observa una disminución en la velocidad de la recuperación del empleo, para todas las edades.
Los tres sectores que explican la mayor proporción del empleo perdido durante el último año (en barras) son “Industrias Manufactureras” (-73 mil) “Comercio” (-71 mil), “Alojamiento y servicios de Comidas” (-69 mil) y “Construcción” (-69 mil).
Al observar la variación de ocupados por industria en comparación con el trimestre anterior, se observa que la mejora en empleo es explicada principalmente por “Comercio”, “Transporte, información y comunicaciones”, “Construcción” y “Otras actividades y servicios sociales y personales”.
| OCUPADOS | DESOCUPADOS | INACTIVOS | ||||||
NIVEL EDUCACIONAL | OND-2019 | OND-2020 | VARIACIÓN | OND-2019 | OND-2020 | VARIACIÓN | OND-2019 | OND-2020 | VARIACIÓN |
Primaria o menos | 448,381 | 293,118 | -34.6% | 24,490 | 42,011 | 71.5% | 572,719 | 552,439 | -3.5% |
Secundaria | 1,559,374 | 1,435,841 | -7.9% | 150,714 | 211,422 | 40.3% | 1,003,984 | 1,175,296 | 17.1% |
Técnica | 626,723 | 596,764 | -4.8% | 44,305 | 80,724 | 82.2% | 190,853 | 244,417 | 28.1% |
Universitaria o más | 1,300,437 | 1,250,625 | -3.8% | 103,596 | 133,285 | 28.7% | 424,771 | 538,673 | 26.8% |
Cómo es común durante períodos de disminución de la actividad económica, las y los trabajadores que poseen menor capital humano son los que proporcionalmente sufren más la caída en la ocupación.
Con respecto al número de ocupados que perdieron su puesto de trabajo, con relación a lo observado el año anterior, se aprecia que el grupo más afectado son los trabajadores con educación primaria o menos.
Cabe destacar que los fuertes cambios porcentuales en la desocupación, en comparación con los de la ocupación, se deben a que el número de desocupados tiene una base mucho menor. Sin embargo, se destaca el aumento significativo en el desempleo de los trabajadores con educación técnica (82,2%).
Tal como sucede en trimestres anteriores, se puede observar que la destrucción de trabajo es mucho menor en el nivel educacional técnico y universitario. En ambos casos, es valor es prácticamente cero. Esto se puede deber a características de los empleos o de los empleadores que les permitan sobrevivir a la situación actual o a que estos grupos posiblemente tienen ocupaciones con mayores posibilidades de ser realizadas de forma remota.
Es importante dar una mirada especial a la informalidad laboral, dado que es el sector de la economía más desprotegido a los efectos económicos del COVID-19.
El paquete de medidas económicas anunciadas por el gobierno tiene, en su mayoría, instrumentos de apoyo al sector productivo formal (pymes, trabajadores dependientes, etc.), y en menor medida a los trabajadores en el sector informal.
Los trabajadores informales representan, en general, casi un 30% del mercado laboral. A pesar de que han recibido aportes en forma del bono COVID, ingreso mínimo de emergencia, y el bono/préstamos para trabajadores independientes (recién entregado a principios de junio); estos recursos seguirán siendo insuficientes mientras se siga alargando la crisis dado el actual descontrol de la pandemia.
La ocupación informal se vio más afectada por la pandemia que la ocupación formal. Lo mismo ha sucedido con la recuperación. De los empleos recuperados 100 mil son informales y 45 mil son formales, un 69% y 31%, respectivamente.
La estructura sectorial de los trabajadores muestra que la informalidad se concentra en el sector Servicios, mientras que los sectores de la Minería, Electricidad, Gas y Agua y Actividades Financieras es donde se concentran los trabajos formales.
Además, se aprecian aumentos relativos importantes de trabajadores informales en “Otras actividades y servicios sociales y personales” y en “Transporte”.
La caída y recuperación de la ocupación ha tenido diferentes intensidades para las distintas regiones del país. Cada una de ellas ha tenido distintos patrones de contagio, de cuarentenas, y por lo tanto es importante estudiar las diferencias en cuanto cómo han sido golpeadas por la pandemia, y cómo ha sido su recuperación.
También es importante analizar si la recuperación ha sido principalmente a través de trabajos formales, o informales. Ya que además de la recuperación del empleo, debemos preocuparnos de la calidad del empleo que se está generando en la etapa de la recuperación.
El gráfico anterior muestra la caída y recuperación de la ocupación por región. Una barra representa el momento de mayor caída del empleo en el 2020 (barra con borde rojo) y la segunda barra representa la recuperación actual.
Es fácil ver que la pandemia en su peor momento (trimestre mayo-junio-julio, para la mayoría de las regiones) representó una caída en el empleo de entre un 20% y 30% (la excepción es Aysén que sólo tuvo una caída del 10%).
Sin embargo, las recuperaciones han sido muy variadas. Las regiones de Tarapacá, Antofagasta, Metropolitana y Maule ya se encuentran con una recuperación que equivale al 90% de los ocupados de hace un año atrás. Pero las regiones de Los Lagos, Araucanía, y Bío-Bío presentan recuperaciones muy leves, de menos de cinco puntos porcentuales.
Por lo tanto, es muy importante que se considera las diferencias en las recuperaciones regionales a la hora de diseñar e implementar políticas de empleo.
Estas diferencias entre ocupaciones pueden permitir diseñar políticas públicas focalizadas en los grupos más golpeados por la crisis actual.
Este gráfico descompone la recuperación que ha tenido cada región (que queda registrada en la altura de la barra) entre cuanto de esa recuperación del empleo fueron trabajos formales y cuantos fueron informales .
Se aprecia que hay regiones donde la recuperación fue principalmente a través de trabajos informales, como Valparaíso, Tarapacá, Los Lagos, Atacama y Coquimbo. En otras la recuperación fue con trabajos formales, como Araucanía, Maule y Antofagasta.
Es preocupante que muchas de las regiones que muestran mayor recuperación son las que tienen una mayor proporción de trabajos informales. Esto significa que la recuperación se debe principalmente a la creación de trabajos informales y no a la creación de trabajos formales. Esto lleva a que tendremos el desafío de además de recuperar los niveles de empleo, deberemos recuperar los niveles de calidad y formalidad de una fracción de la fuerza laboral.
Elaboración: Esteban López, Académico Escuela de Negocios, Director Ejecutivo CEPR-UAI, Investigador Adjunto COES.
Edición:
- Juan Pedro Eberhard, Director CEPR–UAI, Investigador Adjunto COES.
- Nicolás Grau, académico de la Facultad de Economía y Negocios (FEN), Universidad de Chile, Investigador Adjunto COES.
- Luis Herskovic, académico Escuela de Gobierno UAI, Investigador Adjunto COES.
Coordinación: Verónica Carreño, periodista CEPR y Boletín Laboral CEPR-COES.
Apoyo en Programación: Martín Sielfeld, Ayudante CEPR-UAI y Boletín CEPR-COES.
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