Se observa que continúa la mejoría en el impacto del COVID-19 en el mercado laboral regional observada en los últimos trimestres. Sin embargo, esta ha sufrido una desaceleración en los últimos meses.
El boletín publicado este mes corresponde a los datos del trimestre móvil noviembre-diciembre-enero (NDE-2020), los que fueron publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el 26 de febrero de 20211.
CIFRAS CLAVE | NDE-2019 | OND-2020 | NDE-2020 |
OCUPADOS | 3,976,215 | 3,620,022 | 3,656,278 |
DESOCUPADOS | 346,101 | 467,844 | 469,947 |
INACTIVOS | 2,188,951 | 2,564,242 | 2,534,662 |
TASA DE DESOCUPACIÓN | 8.0% | 11.4% | 11.4% |
TASA DE OCUPACIÓN | 61.1% | 54.4% | 54.9% |
TASA DE DESOCUPACION COMBINADA (SU3) | 14.2% | 19.3% | 19.1% |
TASA DE PARTICIPACIÓN | 66.4% | 61.5% | 61.9% |
Los principales resultados del trimestre son:
Existe una reducción en 319 mil personas empleadas y un incremento de 123 mil personas desocupadas entre el trimestre actual y el mismo de 2019. Esto implica un 8% menos de empleos, al comparar el trimestre actual con el mismo del año 2019. La caída en la cifra de empleos es menor a la presentada en el boletín anterior (que era de un 9%), lo que refuerza la idea de que la profunda caída en el número de empleos se está revirtiendo. Sin embargo, preocupa que los nuevos datos que incluyen al mes de enero muestran una disminución en la tasa de recuperación, la que se ha observado en los tres últimos boletines.
El mayor flujo ha sido desde empleo hacia inactividad, es decir personas que salen del mercado laboral, pues dejan de buscar empleo activamente. De hecho, hubo un aumento en 345 mil personas inactivas respecto del mismo trimestre del año 2019. Es por esta razón que el análisis de la situación del mercado laboral actual no debe restringir su foco a la evolución de la tasa de desempleo, sino que mirar con especial atención la evolución del empleo y el grupo de inactivos.
Existen 36 mil más ocupados respecto al trimestre inmediatamente anterior, lo mismo que se observó en el boletín pasado. Esto contrasta con el aumento de 145 mil más ocupados del boletín anterior (OND-2020). A su vez, los inactivos caen en 29 mil personas respecto al trimestre pasado. La variación en el número de desempleados es menor, lo que confirma que el grueso de los ajustes durante esta crisis ha sido el paso de empleo a inactividad y viceversa.
Esta desaceleración de la mejoría se ve reflejada en la evolución de la tasa combinada de desocupación (SU3), la que al igual que en los trimestres anteriores vuelve a caer, pero esta vez sólo en 0,2 puntos porcentuales, lo que contrasta con la caída de 2,7 puntos porcentuales presentada en el trimestre OND-2020. La tasa de desocupación convencional no presenta movimientos. Esta diferencia refuerza la idea de que en una crisis como la actual, donde la inactividad tiene tanta variación, lo correcto es mirar la variación del empleo o bien de la tasa combinada de desocupación, la que considera a las y los inactivos que trabajarían en caso de poder hacerlo.
Como en boletines anteriores, se observa que los grupos más vulnerables, es decir, los de bajo nivel educación e informalidad laboral, han sido los más afectados por el shock sobre el mercado laboral producto de la crisis sanitaria, en el sentido que su disminución en el número de ocupados es proporcionalmente más alta.
La gran destrucción de empleos, que se suma a las relaciones laborales suspendidas en el marco de la ley de protección del empleo, tendrá consecuencias de mediano y largo plazo, más allá de la extensión de la crisis sanitaria. Será importante observar las trayectorias que sigue la recuperación del mercado laboral para los distintos grupos que lo componen, para así pensar en el diseño de políticas públicas enfocadas en grupos específicos.
En nuestro tema del mes, estudiamos las diferencias por género de la recuperación del mercado laboral. Mostramos que la recuperación ha sido muy diversa, a través de las regiones, pero que en general las mujeres tuvieron una caída más pronunciada en el número de ocupados, y que para muchas regiones la recuperación ha sido menor para ellas. Esto indica que las brechas por género están aumentando.
Adicionalmente, la mayoría de los empleos recuperados son de tipo informal. Lo anterior es cierto tanto para hombres como mujeres.
Al considerar otras dimensiones, como si el individuo tiene o no tiene pareja o si son o no jefes de hogar, se aprecia que las personas que declaran no tener parejas se comportan de manera bastante similar, pero existen diferencias marcadas entre hombres y mujeres que declaran tener parejas. Las mujeres con pareja que no son jefas de hogar han tenido una caída significativa en empleo, que no se ha recuperado. Al mismo tiempo, las mujeres jefas de hogar con pareja mostraron una rápida recuperación, pero que se ha estancado en el tiempo.
Entender esta heterogeneidad puede ser crucial para el buen diseño de políticas públicas para afrontar lo que queda de crisis, ya que tales políticas deberían tener como foco la recuperación de los grupos más rezagados, ya sea por región, o por género.
El mayor flujo ha sido de empleo a inactividad, es decir personas que salen del mercado laboral, pues dejan de buscar empleo activamente. De hecho, hubo un aumento en 345 mil personas inactivas respecto del mismo trimestre del año 2019. Es por esta razón que el análisis de la situación del mercado laboral actual no debe restringir su foco a la evolución de la tasa de desempleo, sino que mirar con especial atención la evolución del empleo y el grupo de inactivos.
Existen 36.256 más ocupados respecto al trimestre inmediatamente anterior, continuando la mejoría observada en el boletín anterior, pero se repiten tasas de recuperación bajas comparada a trimestres anteriores. A su vez, los inactivos caen en 29.580 personas respecto al trimestre anterior. La variación en número de desempleados es menor, lo que confirma que el grueso de los ajustes durante esta crisis ha sido el paso de empleo a inactividad y viceversa.
El gráfico también muestra como ha sido la evolución del empleo para otras regiones: Arica y Parinacota (AP), Valparaíso (VP), Bío-Bío (BB), Antofagasta (AF), y Magallanes (MG). Es fácil ver que la Región Metropolitana es una de las regiones que mejor recuperación ha mostrado. También se destaca que la caída en la tasa de recuperación se observa en casi todas las regiones presentadas (no se observa una desaceleración importante de la recuperación en Magallanes).
El gráfico muestra la comparación de las tasas de desocupación y desocupación combinada (SU3). Esta última, a diferencia de la tasa de desempleo tradicional, considera también a las personas que, aun cuando no han buscado trabajo, y por lo tanto no son parte del cálculo tradicional de la tasa de desempleo (pues se clasifican como inactivos), sí declaran que estarían disponibles para trabajar.
En boletines anteriores hemos mostrado que antes de octubre de 2019 (es decir, en condiciones preestallido social y pandemia), estas dos tasas se movían de forma paralela. Sin embargo, desde el estallido social y en mayor medida desde la crisis COVID-19, la tasa de desocupación combinada comienza a crecer a mayor velocidad que la tasa de desempleo. De igual modo, en estos últimos meses de recuperación, es SU3 la que ha mostrado una dinámica de mayor recuperación. Sin embargo, en los últimos meses las tasas vuelven a mostrar un comportamiento similar, pero con una distancia entre ellas mayor que antes de octubre del 2019.
Este boletín muestra una reducción en la tasa SU3 de 0,2 puntos porcentual respecto al trimestre móvil anterior, además de no presentar movimientos en la tasa de desocupación tradicional. Esto significa que potenciales trabajadores están empezando a buscar trabajo, lo que da indicios de una recuperación. Así, se puede dar la paradoja que mientras el mercado laboral se estabiliza, e incluso mejora, la tasa de desempleo no mejora de forma sustantiva. Aquello se explica simplemente porque la tasa de desempleo convencional no es un buen indicador durante crisis que tienen un fuerte impacto sobre la inactividad.
| OCUPADOS | DESOCUPADOS | INACTIVOS | ||||||
TRAMO EDAD | NDE-2019 | NDE-2020 | VARIACIÓN | NDE-2019 | NDE-2020 | VARIACIÓN | NDE-2019 | NDE-2020 | VARIACIÓN |
15 - 29 AÑOS | 847,524 | 725,822 | -14.4% | 156,916 | 165,577 | 5.5% | 869,678 | 964,593 | 10.9% |
30 - 44 AÑOS | 1,522,387 | 1,524,444 | 0.1% | 116,907 | 183,087 | 56.6% | 278,884 | 303,730 | 8.9% |
45 - 59 AÑOS | 1,092,848 | 1,015,447 | -7.1% | 58,076 | 92,451 | 59.2% | 275,022 | 359,023 | 30.5% |
60 O MÁS AÑOS | 513,456 | 390,565 | -23.9% | 14,202 | 28,832 | 103% | 765,367 | 907,316 | 18.5% |
Al comparar el periodo en estudio con igual trimestre del año anterior, se puede observar que los tramos de edad que tuvieron una mayor variación negativa de ocupados son los de 15 a 29 años y 60 años o más, similarmente a lo observado en los boletines pasados. A su vez, el tramo de edad de ocupados que disminuyó más en la cantidad de personas de un año a otro es el de 60 o más años.
Asimismo, se puede apreciar un aumento en los desocupados e inactivos en todas las edades.
Los tres sectores que explican la mayor proporción del empleo perdido durante el último año (en barras) son “Industrias Manufactureras” (-85 mil), “Construcción” (-72 mil), “Actividades de los Hogares” (-53 mil), y “Alojamiento y servicios de Comidas” (-49 mil).
Al observar la variación de ocupados por industria en comparación con el trimestre anterior, se observa que la mejora en empleo es explicada principalmente por “Comercio”, “Actividades Profesionales”, “Alojamiento y Ss. de Comidas” y “Actividades Financieras, Seguros e Inmobiliarias”.
| OCUPADOS | DESOCUPADOS | INACTIVOS | ||||||
NIVEL EDUCACIONAL | NDE-2019 | NDE-2020 | VARIACIÓN | NDE-2019 | NDE-2020 | VARIACIÓN | NDE-2019 | NDE-2020 | VARIACIÓN |
Primaria o menos | 480,659 | 319,510 | -33.5% | 35,855 | 35,933 | 0.2% | 581,858 | 535,428 | -8% |
Secundaria | 1,541,555 | 1,455,919 | -5.6% | 152,913 | 204,982 | 34.1% | 948,322 | 1,169,485 | 23.3% |
Técnica | 654,866 | 559,250 | -14.6% | 53,402 | 81,515 | 52.6% | 226,321 | 261,419 | 15.5% |
Universitaria o más | 1,234,644 | 1,284,654 | 4.1% | 100,970 | 147,133 | 45.7% | 403,215 | 513,720 | 27.4% |
Cómo es común durante períodos de disminución de la actividad económica, las y los trabajadores que poseen menor capital humano son los que proporcionalmente sufren más la caída en la ocupación.
Con respecto al número de ocupados que perdieron su puesto de trabajo, con relación a lo observado el año anterior, se aprecia que el grupo más afectado son los trabajadores con educación primaria o menos.
Cabe destacar que los fuertes cambios porcentuales en la desocupación, en comparación con los de la ocupación, se deben a que el número de desocupados tiene una base mucho menor. Sin embargo, se destaca el aumento significativo en el desempleo de los trabajadores con educación técnica (52,6%).
Es importante dar una mirada especial a la informalidad laboral, dado que es el sector de la economía más desprotegido a los efectos económicos del COVID-19.
El paquete de medidas económicas anunciadas por el gobierno tiene, en su mayoría, instrumentos de apoyo al sector productivo formal (pymes, trabajadores dependientes, etc.), y en menor medida a los trabajadores en el sector informal.
Los trabajadores informales representan, en general, casi un 26% del mercado laboral. A pesar de que han recibido aportes en forma del bono COVID, ingreso mínimo de emergencia, y el bono/préstamos para trabajadores independientes (recién entregado a principios de junio); estos recursos seguirán siendo insuficientes mientras se siga alargando la crisis dado el actual descontrol de la pandemia.
La ocupación informal se vio más afectada por la pandemia que la ocupación formal. Lo mismo ha sucedido con la recuperación. De los empleos recuperados un 75% son informales y 25% son formales.
La estructura sectorial de los trabajadores muestra que la informalidad se concentra en el sector Servicios, mientras que los sectores de la Minería, Electricidad, Gas y Agua y Actividades Financieras es donde se concentran los trabajos formales.
Además, se aprecian aumentos relativos importantes de trabajadores informales en “Otras actividades y servicios sociales y personales” y en “Actividades de los hogares”.
En los últimos boletines hemos estudiado como la pandemia ha afectado en forma diferenciada los sectores económicos, las regiones del país, y como tanto la caída en el peor mes, como la recuperación también ha sido distinto para los territorios del país. Este mes, nos enfocamos en como la pandemia ha afectado en forma diferenciada a hombres y mujeres.
El gráfico anterior muestra la caída y recuperación de la ocupación por región y género. La barra con borde negro representa el momento de mayor caída del empleo en 2020, mientras que la segunda barra representa la recuperación actual en comparación con NDE-2019.
Es fácil ver que la pandemia en su peor momento (trimestre mayo-junio-julio, para algunas regiones, y junio-julio-agosto para otras) representó una caída en el empleo de entre un 20% y 30%. Sin embargo, esta caída es mayor para las mujeres que para los hombres (a excepción de Antofagasta y Maule).
Sin embargo, las recuperaciones han sido muy variadas, como discutimos el boletín pasado. En casi todas las regiones, las mujeres se han recuperado menos que los hombres (las excepciones son Valparaíso y Atacama). Además, hay casos donde las diferencias son muy significativas. Por ejemplo, en Ñuble, la ocupación femenina se ha recuperado desde un 74% del número de ocupados con respecto al 2019 en su peor momento, a un 79,5%. Pero para los hombres, estos porcentajes son 81,5% y 96,8% respectivamente.
Cabe destacar que existen regiones donde la recuperación de la fuerza laboral femenina ha sido mayor que la de los hombres. Por ejemplo, en la región de Los Lagos, las mujeres han recuperado 9,3 puntos porcentuales, mientras que los hombres sólo se han recuperado 2,8 puntos porcentuales.
Por lo tanto, es muy importante que se consideren las diferencias en las recuperaciones regionales a la hora de diseñar e implementar políticas de empleo. Especialmente considerando que las mujeres han sufrido caídas en su fuerza laboral más pronunciadas y su recuperación ha sido menor en muchos casos.
Estas diferencias entre ocupaciones pueden permitir diseñar políticas públicas focalizadas en los grupos más golpeados por la crisis actual.
Otro aspecto importante que considerar en la recuperación se refiere a la calidad del empleo recuperado. El gráfico muestra cómo se desagrega el empleo recuperado en la región metropolitana por género e informalidad.
Es fácil ver que la recuperación ha sido más pronunciada para hombres que para mujeres. Solo el 37,3% de los trabajos recuperados han sido para mujeres.
Además, la recuperación ha sido mayoritariamente de trabajos informales. El 61,7% de los trabajos recuperados han sido informales.
En boletines anteriores hemos estudiado si se jefe de hogar, y/o tener pareja afecta la forma en que hombres y mujeres se relacionan con el mercado laboral.
El gráfico muestra la evolución con respecto al mismo trimestre del año anterior, de hombres y mujeres, clasificados según si son o no jefe de hogar y si tienen o no pareja.
Es fácil observar dos patrones: Hombres y mujeres sin pareja, tienden a moverse bastante similarmente. Interesantemente, en el último trimestre, las mujeres jefas de hogar sin pareja tienen una mejor recuperación que los hombres, pero las mujeres no jefas de hogar sin pareja tienen una peor recuperación. Esto puede significar que haya mujeres que se están volviendo jefas de hogar, luego disminuye la categoría “no jefa de hogar” y aumenta la categoría “jefa de hogar”.
Un segundo patrón se refiere a las personas con pareja. Las mujeres no jefas de hogar con pareja muestran una caída más pronunciada en los ocupados, y casi no presentan recuperación. Esto puede deberse a que, en muchos casos, son las mujeres las que han tenido que hacerse cargo del cuidado infantil, lo que les puede crear restricciones para que ellas participen en el mercado laboral.
Similarmente, la recuperación para las mujeres jefas de hogar ha sido mejor que la de los hombres, pero ha mostrado una desaceleración en los últimos trimestres. Es decir, el trabajo para hombres parece seguir recuperándose, pero el número de ocupados femeninos muestra mayores signos de estancamiento.
Elaboración: Esteban López, Académico Escuela de Negocios, Director Ejecutivo CEPR-UAI, Investigador Adjunto COES.
Edición:
- Juan Pedro Eberhard, Director CEPR–UAI, Investigador Adjunto COES.
- Nicolás Grau, académico de la Facultad de Economía y Negocios (FEN), Universidad de Chile, Investigador Adjunto COES.
- Luis Herskovic, académico Escuela de Gobierno UAI, Investigador Adjunto COES.
Coordinación: Verónica Carreño, periodista CEPR y Boletín Laboral CEPR-COES.
Apoyo en Programación: Martín Sielfeld, Ayudante CEPR-UAI y Boletín CEPR-COES.
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