Se observa que continúa la mejoría en el impacto del COVID-19 en el mercado laboral regional observada en el trimestre anterior.
El boletín publicado este mes, corresponde a los datos del trimestre móvil agosto-septiembre-octubre (ASO-2020), los que fueron publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el 27 de noviembre de 20201.
El boletín incorpora información regional de los datos de la Encuesta Suplementaria de Ingresos 2019 (ESI 2019) a fin de complementar el análisis del entorno laboral regional previo a la pandemia.
CIFRAS CLAVE | ASO-2019 | JAS-2020 | ASO-2020 |
OCUPADOS | 3,925,946 | 3,282,143 | 3,438,404 |
DESOCUPADOS | 337,428 | 501,083 | 499,003 |
INACTIVOS | 2,201,546 | 2,842,787 | 2,697,321 |
TASA DE DESOCUPACIÓN | 7.9% | 13.2% | 12.7% |
TASA DE OCUPACIÓN | 60.7% | 49.5% | 51.8% |
TASA DE DESOCUPACION COMBINADA (SU3) | 11.8% | 25.9% | 23.0% |
TASA DE PARTICIPACIÓN | 65.9% | 57.1% | 59.3% |
Los principales resultados del trimestre son:
Existe una reducción en 487 mil personas empleadas y un incremento de 161 mil personas desocupadas entre el trimestre actual y el mismo del año 2019. Esto implica un 12% menos de empleos, al comparar el trimestre actual con el mismo del año 2019. La caída en la cifra de empleos es menor a la presentada en el boletín anterior (que era de un 17%), lo que refuerza la idea de que la profunda caída en el número de empleos se puede estar revirtiendo, aunque todavía se está a medio camino de una recuperación general.
El mayor flujo ha sido de empleo a inactividad, es decir personas que salen del mercado laboral, pues dejan de buscar empleo activamente. De hecho, hubo un aumento en 495 mil personas inactivas respecto del mismo trimestre del año 2019. Es por esta razón que el análisis de la situación del mercado laboral actual no debe restringir su foco a la evolución de la tasa de desempleo, sino que mirar con especial atención la evolución del empleo y el grupo de inactivos.
Existen 156 mil más ocupados respecto al trimestre inmediatamente anterior, continuando la mejoría observada en el boletín JAS-2020. A su vez, los inactivos caen en un número prácticamente equivalente al aumento del empleo, a saber, hay 145 mil menos inactivos respecto al trimestre pasado. La variación en número de desempleados es menor, lo que confirma que el grueso de los ajustes durante esta crisis ha sido el paso de empleo a inactividad y viceversa.
Esta mejoría se ve reflejada en la evolución de la tasa combinada de desocupación (SU3), la que al igual que en el trimestre anterior, vuelve a caer (esta vez 2,9 puntos porcentuales). La tasa de desocupación convencional tiene una caída, pero menos pronunciada. Esta diferencia refuerza la idea de que en una crisis como la actual, donde la inactividad tiene tanta variación, lo correcto es mirar la variación del empleo o bien de la tasa combinada de desocupación, la que considera a las y los inactivos que trabajarían en caso de poder hacerlo.
Como en boletines anteriores, se observa que los grupos más vulnerables, es decir, los de bajo nivel de educación e informalidad laboral, han sido los más afectados por el shock sobre el mercado laboral producto de la crisis sanitaria, en el sentido que su disminución en el número de ocupados es proporcionalmente más alta.
La gran destrucción de empleos, que se suma a las relaciones laborales suspendidas en el marco de la ley de protección del empleo, tendrá consecuencias de mediano y largo plazo, más allá de la extensión de la crisis sanitaria. Será importante observar las trayectorias que sigue la recuperación del mercado laboral para los distintos grupos que lo componen, para así pensar en el diseño de políticas públicas enfocadas en grupos específicos.
En nuestro tema del mes seguimos analizando las diferencias de género, pero ahora enfocados en las diferencias sectoriales y de ingresos entre hombres y mujeres. Para ello, se utilizaron los datos entregados por la Encuesta Suplementaria de Ingresos (NESI) 2019. Los principales hallazgos son:
El mayor flujo ha sido de empleo a inactividad, es decir personas que salen del mercado laboral, pues dejan de buscar empleo activamente. De hecho, hubo un aumento en 672 mil personas inactivas respecto del mismo trimestre del año 2019. Es por esta razón que el análisis de la situación del mercado laboral actual no debe restringir su foco a la evolución de la tasa de desempleo, sino que mirar con especial atención la evolución del empleo y el grupo de inactivos.
Existen 112.859 más ocupados respecto al trimestre inmediatamente anterior, continuando la mejoría observada en el boletín anterior. A su vez, los inactivos caen en un número prácticamente equivalente al aumento del empleo, a saber, hay 108.260 menos inactivos respecto al trimestre anterior. La variación en número de desempleados es menor, lo que confirma que el grueso de los ajustes durante esta crisis ha sido el paso de empleo a inactividad y viceversa.
Esta mejoría se ve reflejada en la evolución de la tasa combinada de desocupación, la que al igual que en el trimestre anterior, vuelve a caer (esta vez 1.6 puntos porcentuales). La tasa de desocupación convencional se mantiene estable aunque también exhibe una leve caída (0.4 puntos porcentuales). Esta diferencia refuerza la idea de que en una crisis como la actual, donde la inactividad tiene tanta variación, lo correcto es mirar la variación del empleo o bien de la tasa combinada de desocupación, la que considera a las y los inactivos que trabajarían en caso de poder hacerlo.
A pesar de lo anterior, las perspectivas futuras de las y los inactivos parecen empeorar levemente respecto al trimestre anterior, dado que señalan que no buscan trabajó pues creen que “no encontrarán” o que no se produirá “repunte en el mercado”.
Como en boletines anteriores, se observa que los grupos más vulnerables, es decir, los de bajo nivel de educación e informalidad laboral, han sido los más afectados por el shock sobre el mercado laboral producto de la crisis sanitaria, en el sentido que su disminución en el número de ocupados es proporcionalmente más alta.
La gran destrucción de empleos, que se suma a las relaciones laborales suspendidas en el marco de la ley de protección del empleo, tendrá consecuencias de mediano y largo plazo, más allá de la extensión de la crisis sanitaria. Será importante observar las trayectorias que sigue la recuperación del mercado laboral para los distintos grupos que lo componen, para así pensar en el diseño de políticas públicas enfocadas en grupos específicos.
En este boletín, al igual que en el anterior, se incluye un análisis más detallado respecto a la dimensión de género. Al respecto, lo primero que resalta es que la crisis ha golpeado fuertemente a ambos géneros. En términos porcentuales la caída en empleo ha sido levemente mayor en el caso de las mujeres. Adicionalmente, en sectores económicos de alta participación de mujeres, se observan caídas significativas en el empleo de mujeres, lo que indica que para recuperar el empleo femenino se debe apuntar a esos sectores. También se observa que la recuperación no ha llegado para trabajadores de educación primaria,
En el trimestre ASO-2020 los ocupados disminuyeron en 457 mil personas en comparación con el mismo trimestre de 2019, una reducción que equivale a un 12%. Esto implica una fuerte baja de la actividad del mercado laboral, sugiriendo una caída significativa también en la producción y el crecimiento, pero también implica una mejora sostenida durante los últimos meses, ya que la pérdida de empleos llegó a ser de un 20%. Es decir, la recuperación está a medio camino.
El grupo de inactivos aumentó en 495 mil personas con respecto al trimestre ASO-2019. Una característica de estos meses de crisis ha sido que una gran proporción de quienes pierden un trabajo, no salen a buscar uno nuevo.
El gráfico muestra la comparación de las tasas de desocupación y desocupación combinada (SU3). Esta última, a diferencia de la tasa de desempleo tradicional, considera también a las personas que, aun cuando no han buscado trabajo, y por lo tanto no son parte del cálculo tradicional de la tasa de desempleo (pues se clasifican como inactivos), sí declaran que estarían disponibles para trabajar.
Como se observa en el gráfico, antes de octubre de 2019 (es decir, en condiciones pre-estallido social y pandemia), estas dos tasas se movían de forma paralela. Sin embargo, desde el estallido social y en mayor medida desde la crisis COVID-19, la tasa de desocupación combinada comienza a crecer a mayor velocidad que la tasa de desempleo. De Igual modo, en estos últimos meses de recuperación, es SU3 la que ha mostrado una dinámica de mayor recuperación.
Este boletín muestra una reducción en la tasa SU3 de 2,9 puntos porcentuales respecto al trimestre móvil anterior, además de una leve disminución en la tasa de desocupación tradicional. Esto significa que potenciales trabajadores están empezando a buscar trabajo, lo que puede significar el inicio de una futura recuperación. Así, se puede dar la paradoja que mientras el mercado laboral se estabiliza, e incluso mejora, la tasa de desempleo no mejora de forma sustantiva. Aquello se explica simplemente porque la tasa de desempleo convencional no es un buen indicador durante crisis que tienen un fuerte impacto sobre la inactividad.
Cabe hacer notar que, durante este trimestre, la ley de protección del empleo se encuentra en pleno uso, por lo que aún no observamos la caída en el empleo adicional, asociada a la disminución del apoyo que entrega esta política pública. Por lo tanto, es importante considerar el potencial efecto que puede tener su finalización.
| OCUPADOS | DESOCUPADOS | INACTIVOS | ||||||
TRAMO EDAD | ASO-2019 | ASO-2020 | VARIACIÓN | ASO-2019 | ASO-2020 | VARIACIÓN | ASO-2019 | ASO-2020 | VARIACIÓN |
15 - 29 AÑOS | 837,694 | 675,115 | -19.4% | 140,301 | 159,218 | 13.5% | 908,888 | 1,048,965 | 15.4% |
30 - 44 AÑOS | 1,509,334 | 1,420,383 | -5.9% | 117,373 | 196,529 | 67.4% | 251,968 | 358,446 | 42.3% |
45 - 59 AÑOS | 1,082,611 | 953,076 | -12% | 61,144 | 111,922 | 83% | 271,178 | 396,743 | 46.3% |
60 O MÁS AÑOS | 496,308 | 389,830 | -21.5% | 18,611 | 31,334 | 68.4% | 769,512 | 893,166 | 16.1% |
Al comparar el periodo en estudio con igual trimestre del año anterior, se puede observar que los tramos de edad que tuvieron una mayor variación negativa de ocupados son 15-29 años y 60 años o más, similarmente a lo observado en los boletines pasados. A su vez, el tramo de edad que disminuyó más en la cantidad de personas de un año a otro es el de 15 a 29 años.
Se puede apreciar un aumento en los desocupados e inactivos en todas las edades, con especial relevancia relativa en las personas entre los 30 y los 59 años.
• Al comparar la evolución de inactivos con la información del trimestre inmediatamente anterior se observa que hay una reducción de inactivos entre los menores de 55 años, pero esta disminución pareciera estancarse o incluso revertirse para los mayores de 55 años.
Los tres sectores que explican la mayor proporción del empleo perdido durante el último año (en barras) son Construcción (-109.058), Comercio (-105.924) y Alojamiento y Servicios de Comidas (-97.540).
Pero, al observar la variación de ocupados por industria en comparación con el trimestre anterior, son estos mismos sectores, en particular Construcción y Comercio, en conjunto con Transporte, Información y Comunicaciones, los que explican la mejora durante ASO-2020.
| OCUPADOS | DESOCUPADOS | INACTIVOS | ||||||
NIVEL EDUCACIONAL | ASO-2019 | ASO-2020 | VARIACIÓN | ASO-2019 | ASO-2020 | VARIACIÓN | ASO-2019 | ASO-2020 | VARIACIÓN |
Primaria o menos | 449,103 | 289,021 | -35.6% | 29,018 | 42,637 | 46.9% | 557,555 | 579,526 | 3.9% |
Secundaria | 1,583,542 | 1,311,973 | -17.1% | 133,937 | 232,290 | 73.4% | 1,002,969 | 1,251,970 | 24.8% |
Técnica | 594,609 | 599,003 | 0.7% | 64,040 | 86,872 | 35.7% | 197,396 | 245,608 | 24.4% |
Universitaria o más | 1,266,066 | 1,199,744 | -5.2% | 110,143 | 132,276 | 20.1% | 429,614 | 563,464 | 31.2% |
Cómo es común durante períodos de disminución de la actividad económica, las y los trabajadores de menor capital humano son los que proporcionalmente sufren más la caída en la ocupación. En específico, 88% (432 mil) de los 487 mil trabajadoras y trabajadores que perdieron su trabajo con respecto al trimestre ASO-2019 tienen educación primaria o secundaria.
Cabe destacar que los fuertes cambios porcentuales en la desocupación, en comparación con los de la ocupación, se deben a que el número de desocupados tiene una base mucho menor. Sin embargo, se destaca el aumento significativo en el desempleo de los trabajadores con educación secundaria (73,4%) y educación primaria (46,9%).
Tal como sucede en trimestres anteriores, se puede observar que la destrucción de trabajo es mucho menor en el nivel educacional técnico y universitario. En el nivel técnico, de hecho, es estadísticamente cero. Esto se puede deber a características de los empleos o de los empleadores que les permitan sobrevivir a la situación actual o a que estos grupos posiblemente tienen ocupaciones con mayores posibilidades de ser realizadas de forma remota.
Con respecto al número de ocupados que perdieron su puesto de trabajo, con relación a lo observado el año anterior, se aprecia que el grupo más afectado son los trabajadores con educación primaria o menos.
Es importante dar una mirada especial a la informalidad laboral, dado que es el sector de la economía más desprotegido a los efectos económicos del COVID-19.
El paquete de medidas económicas anunciadas por el gobierno tiene, en su mayoría, instrumentos de apoyo al sector productivo formal (pymes, trabajadores dependientes, etc.), y en menor medida a los trabajadores en el sector informal.
Los trabajadores informales representan, en general, casi un 30% del mercado laboral. A pesar de que han recibido aportes en forma del bono COVID, ingreso mínimo de emergencia, y el bono/préstamos para trabajadores independientes (recién entregado a principios de junio); estos recursos seguirán siendo insuficientes mientras se siga alargando la crisis dado el actual descontrol de la pandemia.
La ocupación informal se vio más afectada por la pandemia que la ocupación formal. En el mismo trimestre de 2019, el empleo informal alcanzaba a 1.017.449 personas, mientras que esta cifra ha disminuido hasta 814.704 personas en el periodo ASO-2020. En definitiva, los efectos de la pandemia han hecho que la pérdida de ocupación sea más fuerte para los trabajadores informales que para los formales.
En particular:
La estructura sectorial de los trabajadores muestra que la informalidad se concentra en el sector Servicios, mientras que los sectores de la Minería, Electricidad, Gas y Agua y Actividades Financieras es donde se concentran los trabajos formales.
Además, se aprecian aumentos relativos importantes de trabajadores informales en Industrias Manufacturera.
En boletines pasados hemos exploramos la diferencia de esta crisis con anteriores, y mostramos como el empleo femenino ha sufrido más que en crisis anteriores. Adicionalmente, notamos que hay marcadas diferencias entre mujeres con y sin pareja, y mujeres que son o no jefas de hogar. También analizamos hemos analizado las diferencias de género en el mercado laboral por sectores y niveles educacionales.
Es notorio ver que, en sectores con alta participación de mujeres como son las Actividades de los Hogares, y Actividades y Servicios sociales y personales, se observa una caída significativa en el empleo femenino, pero no así de hombres, hecho que aumenta la brecha en la caída en ocupación. Se observa también que en sectores que concentran un gran número de trabajadores, como Comercio e Industria Manufacturera, los movimientos son similares para ambos géneros. Sólo en Construcción se observa una caída significativa para hombres, y no para mujeres, dentro de los sectores con más empleo.
Estas diferencias sectoriales pueden ser importantes a la hora de implementar políticas de recuperación del empleo. Las mujeres tienen una alta participación laboral en sectores como Actividades del Hogar, Educación y Servicios Sociales y Personales. Es posible que en este tipo de actividades haya una mayor cantidad de PYMES, o incluso trabajo por cuenta propia, por lo que puede que los programas de subsidio del empleo no sean ampliamente utilizados en estos sectores. Por lo tanto, es importante considerar las diferencias entre la composición de género.
Este mes, usamos la nueva información de ingresos entregada en la Encuesta Suplementaria de Ingresos (NESI) 2019, con el fin de caracterizar las diferencias salariales de los sectores. Nos interesa estudiar como son los ingresos de los sectores más golpeados y como son las brechas de género en esos sectores.
Los sectores que han experimentado una contracción más alta (en promedio sobre el 30%) son Construcción; Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca; Actividades de los hogares y Alojamiento y Servicios de Comidas.
Con respecto a la información discutida en el último boletín, las mujeres participan activamente en los sectores de actividades de los hogares (contracción alta), y Educación y Servicios Sociales y Personales (contracción leve).
El gráfico muestra los ingresos promedio por género y por sector. Es interesante observar que en la mayoría de los sectores (con la excepción de la Industria Manufacturera y Actividades del hogar), el promedio del ingreso del hombre es significativamente más alto que el de las mujeres.
Además, vemos que los sectores de contracción más alta, como son Construcción, Agricultura, Ganadería, Silvicultura y Pesca, Actividades de los hogares y Alojamiento y servicios de comidas, son también los sectores de más bajos ingresos. Esto significa que las áreas más golpeadas por la crisis son aquellas de ingresos relativos más bajos. Más aún, vemos que, en general, mientras más altos los ingresos promedios del sector, menor es el tamaño de la contracción.
Es interesante notar que la dispersión es marcadamente mayor entre hombres que mujeres. Esto puede deberse a que son en mayoría los hombres los que acceden a cargos de dirección y gerenciales, los que viene aparejados con sueldos mayores.
Dentro de los sectores de contracción más alta, los sueldos tienden a estar bastante concentrados, es decir, se observa poca dispersión en los salarios. El único grupo que presenta una dispersión un poco más elevada, son los hombres trabajando en agricultura.
Estos gráficos nos permiten concluir que los sectores más golpeados por la crisis muestran salarios relativamente más bajos que otros sectores, y que la mayoría de sus trabajadores reciben estos salarios relativamente más bajos.
Elaboración: Esteban López, Director Ejecutivo CEPR - UAI
Edición:
- Juan Eberhard, Director CEPR - UAI
- Nicolás Grau, Profesor FEN, Universidad de Chile
- Luis Herskovic, Profesor Escuela de Gobierno, UAI
Apoyo en Programación: Martín Sielfeld, Ayudante CEPR - UAI
El Boletín Laboral CEPR es un producto UAI con el apoyo del centro COES (ANID/FONDAP/15130009). Las opiniones expresadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente la opinión de UAI o COES